Hoy os contaremos una de las leyendas más desconocidas de Girona, la Majordoma. En las escaleras que inician el Passeig Arqueològic, podemos encontrar una escultura suya.
La Majordoma era una tía-abuela de Santa Afra que acompañó el obispo cuando vino a vivir a Girona. La Majordoma era una mujer de más de cien años inmensamente obesa, presumida y chismosa. También destacaba por ser una buena cocinera y por su conocimiento de las artes esotéricas. Normalmente iba vestida con colores alegres y cascabeles para hacer notar su paso a la gente.
Los dotes de cocinera de la Majordoma habían hecho que inventara comidas muy sabrosas que junto con su conocimiento esotérico le permitieron, una vez que se enfadó mucho, hacer que todas las iglesias de Girona quedaran llenas de telarañas con unas arañas inmensas.
Un día, debido a una irreverencia hacia Sant Narcís, éste le retiró los poderes que tenía convirtiéndola en el hazmerreír de la ciudad, hasta que un buen día, tuvo una visión que preveía el martirio y la muerte de Sant Narcís y Sant Fèlix.
Cuando sus presentimientos se hicieron realidad, la Majordoma, de repente, se volvió humilde y se dedicó a tener cura de los enfermos y desvalidos. Poco antes de morir, hizo encender un fuego ante la puerta de la Catedral e inventó la sopa de menta. Cuando murió, los ciudadanos de Girona que cargaron su cuerpo quedaron admirados que a pesar de su tamaño pesara menos que un gorrión.